Focal y rostro
En este ejercicio podemos comprobar a primer vista la relación
que existe la focal que utilicemos a la hora de fotografía algo y, sobre todo,
a alguien.
Dependiendo de la focal que elijamos podemos provocar una distorsión en el elemento fotografiado: si utilizamos una focal que tienda al angular (unos 15 o 18 mm por ejemplo) provocaremos una deformación en el elemento fotografiado y abarcaremos más elementos del plano, es decir nuestro plano será más amplio. Si por el contrario utilizamos una focal alta (unos 60 o 100 por poner otro ejemplo) conseguiremos una mayor distancia focal y, por lo tanto, aplanaremos el elemento fotografiado y reduciremos la profundidad de campo.
Dependiendo de la focal que elijamos podemos provocar una distorsión en el elemento fotografiado: si utilizamos una focal que tienda al angular (unos 15 o 18 mm por ejemplo) provocaremos una deformación en el elemento fotografiado y abarcaremos más elementos del plano, es decir nuestro plano será más amplio. Si por el contrario utilizamos una focal alta (unos 60 o 100 por poner otro ejemplo) conseguiremos una mayor distancia focal y, por lo tanto, aplanaremos el elemento fotografiado y reduciremos la profundidad de campo.
Lo más importante a la hora de captar una imagen es saber que se quiere fotografías porque, si bien ambas modos son validos, no lo son para todo tipo de fotografía.
Si fotografiamos rostros retratando alguna persona puede
quedar demasiado exagerada e irreal un efecto de deformación causado por una
focal baja, tal y como podemos ver en la fotografía. Además si queremos separar
el fondo de la persona retratada será necesario, entre otras cosas, tener una
focal alta que disminuya nuestra profundidad de campo.
CONCLUSIÓN
A no ser que quisiéramos realizar a propósito la deformación de un rostro al fotografiarlo con una finalidad artística, está claro que para retratar personas tendremos que utilizar focales medio-altas. Esto nos permitirá evitar efectos de distorsión en el rostro y, además, poder jugar con el desenfoque propio de la profundidad de campo, lo que nos permitirá separar el sujeto del fondo.
CONCLUSIÓN
A no ser que quisiéramos realizar a propósito la deformación de un rostro al fotografiarlo con una finalidad artística, está claro que para retratar personas tendremos que utilizar focales medio-altas. Esto nos permitirá evitar efectos de distorsión en el rostro y, además, poder jugar con el desenfoque propio de la profundidad de campo, lo que nos permitirá separar el sujeto del fondo.
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